domingo, 6 de junio de 2010

CUANTO OXIGENO SE PIERDE AL TALAR LOS ARBOLES





Al consumir CO2, los árboles mitigan el efecto invernadero. Cada árbol maduro consume, por término medio, 6 kilogramos de dióxido de carbono al año. Cuando los árboles de un bosque mueren de manera natural y los talan de manera responsable, para ser reemplazados por otros árboles, no hay una pérdida neta de oxígeno en el ambiente. Pero cuando se tala o quema un bosque, se pierde la mayor parte del oxígeno. Así, los bosques que eliminan comporta un 25% de las emisiones globales de CO2. La importancia que tienen en la producción de oxígeno atmosférico, la conservación del suelo, la regulación del clima y el albergue de un sinnúmero de especies tanto de animales como de vegetales, hace de los bosques ecosistemas indispensables para la conservación de la vida en el planeta. Se conocen como bosques a aquellas formaciones vegetales compuestas por plantas altas, alrededor de 5 m de altura, cuyas copas se tocan, es decir, conjuntos de árboles muy cercanos entre sí.


Se reconocen varios tipos de bosques, entre los que se encuentran los de climas templados y fríos, y los de zonas cálidas y lluviosas. Considerando que todos los ecosistemas que conforman la biosfera se encuentran íntimamente relacionados, todo lo que ocurre en un sitio, por más remoto que éste sea, repercute tarde o temprano en todos los demás sitios de la Tierra. Así, prácticamente todas las acciones contaminantes o de deterioro que ocurren, afectan directa o indirectamente a todos los ecosistemas.

1 comentario:

  1. Les comparto mi poema . . .

    BOSQUE . . . JAS

    “Grave ecocidio forestal, la vida en peligro mortal.”

    Los árboles sufren de pie,
    por sus raíces, asidas a la fe,
    enferman, lloran, fenecen,
    tan cruel suerte no merecen.

    El más humilde follaje
    es víctima del ultraje,
    ¿quién resarcirá su orgullo,
    quién les dará tierno arrullo?

    Soy el alma de los bosques
    que, por culpa de unos torpes,
    “vegetan” con flora inerte
    o han encontrado la muerte.

    Soy la entraña de los montes,
    de colinas, horizontes,
    que han quedado desolados,
    por algunos desalmados.

    Soy la esencia de natura,
    víctima de la incultura,
    de intereses de unos cuantos,
    por los que sufro de espantos.

    Florestas de oyamel y pino,
    ¿porqué tan brutal destino?,
    son taladas, son quemadas,
    en lugar de ser amadas.

    Robles, caobas maderas,
    tropicales arboledas,
    de la vida son las vetas,
    hay que imponer serias vedas.

    Contingencias ambientales,
    algunas monumentales,
    destruyen su ecosistema,
    por imperio, por sistema.

    ¡A impedir que eso suceda,
    que su grandeza no muera!,
    son los pulmones del orbe,
    oxígeno que se absorbe.

    Soy la conciencia de todos
    los seres humanos probos
    que, a toda ciencia y paciencia,
    cuidarán de la existencia.

    De las frondas, de su fauna,
    dejando atrás todo trauma,
    remediando el ecocidio,
    la sociedad en concilio.

    Soy principio de justicia
    que, a los pueblos, acaricia,
    soy la condena del mundo
    que clama, en lo más profundo:

    “Talamontes infelices,
    que no siguen directrices,
    incendiarios despiadados
    que, del diablo, son aliados.

    Dejen en paz nuestros bosques,
    ya somos sus guardabosques,
    ¡muy pronto tendremos fiesta,
    nuestro amor los reforesta!”

    Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
    Pátzcuaro, Michoacán, México, a 06 de junio del 2013
    Reg. SEP Indautor No. 03-2013-111212464200-14
    A la memoria de la Reserva Ecológica “Estribo Grande”, pulmón de la región de Pátzcuaro, devastada en un 90% (noventa por ciento), debido al incendio ocurrido los días 12 y 13 de abril del 2013.

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